Es inevitable comenzar un texto con un “Quizá” pero me inclino a si uso para decir Quizá se deba a la época en la que nos ha tocado desarrollarnos que nos motiva a dar explicaciones y detalles de nuestra vida diaria en las redes sociales. El motivo es variado y personal, principalmente destacan una vida social solitaria con presencia exclusivamente a reuniones, una vida llena de superficialidad donde destacan méritos corporales y físicos sin nada que objetar a los fitnes ya que ellos son muy productivos con sus buenos consejos de alimentación y vida diaria cuando es su verdadero estilo de vida, los estados e imágenes con fines filosóficos que se alejan un millón de años a sus prácticas y personalidad, la evidente carencia de humildad en la autoalabanza por justamente no tener la capacidad analítica de comprender que los actos buenos hablan por sí mismos, sin olvidar a los que tienen el delirio de persecución de que el mundo entero vive para conocer cada absurdo paso que den o que les envidian sus “logros” … en fin, en verdad ¿en qué momento nos hemos vuelto tan imbéciles?
Personalmente me tiene sin cuidado los complejos de abeja reina, los Don quijotes de la mancha y sus molinos de vientos, si van o vienen, los mensajes de positividad sobreactuados con las expresiones de moda en los diversos libros de autoayuda comerciales más que por una verdadera razón de crecimiento personal. Las personas cambian contigo porque simplemente ya no estás para satisfacer sus intereses. Si analizamos nuestros núcleos sociales, podemos observar perfectamente la diversidad de caracteres, irreprochablemente válidos y respetados, donde van calzando cada uno de los mencionados y de los que faltan aún por destacar.
Ciertamente nos gusta demostrar que no somos unas personas inútiles, que las RRSS soportan una infinidad de mentiras y que posteamos todo aquello que nos haga parecer interesantes, cultos, socialmente activos, económicamente estables, y todo aquello que dicte la moda. Basta solo conocer unos cuantos para entender que vivimos una época donde nos interesa más un like. La diversidad individual permite esto y mucho más, pero si seguimos así, ¿cómo serán nuestras generaciones futuras?
Resulta indiscutible que cada quien es feliz a su manera, ya sea creando un mundo diferente al que realmente vive día tras día, con la necesidad perenne de dar a conocer cada mínimo detalle de su haber o disfrutando de su cúpula de cristal sin la mínima preocupación de lo que ocurre en su entorno. Y los que formamos un porcentaje donde disfrutamos de la vida con todo lo bueno y malo que posea, con lucidez de acción y palabra, donde la lectura, la música, los estudios, la familia y sociedad forman parte de nuestros pensamientos, que lejos de ser perfectos somos sinceros y vez tras vez se trata de ser mejor individuo, y que valoramos más lo que eres y no medimos por lo que tengas, que si te saludan hoy y dentro de unos años se acuerdan de ti da igual. Así es que debemos vivir todos, así serán muchos verdaderamente felices.
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